Mi nombre es Simón y la historia que voy a contar sucedió un viernes, había quedado con mi grupo de amigos y vecinos de la infancia pero antes había pasado a recoger a mi amiga Anna la cual estaba un poco triste esa noche.
Había quedado con mis amigos a las 23 y pasé a recoger a Anna a las 21. Llamé al telefonillo, ella no se esperaba que viniera a recogerla, abrió la puerta y subí. Al abrir la puerta estaba en pijama un pijama de pantalón largo y chaleco también largo de Paul Frank.
– Buenas noches Simon, ¿qué pasa?
– Nada que vengo a recogerte.
– Te he dicho que no tengo ganas de salir.
– Bueno pero yo vengo a convencerte.
Tras una larga conversación la convencí para que se viniera. Mientras se duchaba la esperé en el salón viendo la televisión. Anna vivía en su propio piso, ella paga una hipoteca muy chica por ser empleada de la promotora y tenía un piso de tres dormitorios en los cuales uno era de ella y los otros dos los alquilaba, en esa época no tenía compañeros de piso. Salió de la ducha y se fue a vestir a su dormitorio.
– Simón, ven !!! – me llamó desde su habitación yo fui corriendo y cuando estaba en el quicio de la puerta me la encuentro con un sujetador negro y sin bragas, pude ver la cantidad de pelo que tenía su conejito, tumbada en la cama poniéndose las bragas negras, había calculado ella mal el tiempo ,rápidamente me paré y me dí la vuelta me apoyé sobre la pared que estaba antes de la puerta y le pedí perdón. Ella me dijo “ No pasa nada eres como mi hermano”
– Cuéntame con quienes vamos a estar esta noche.
– Pues con Jesús, Juan, Jorge, Ricardo y sus parejas.
– Ok a mi no me saques con todo tíos y yo la única chica que sabes que no me gusta.
– Ja, ja, ja, ja, eso fue una sola vez y te pedí perdón
Pasó al lado mía vestida con una camiseta holgada que dejaba ver su hombro, unos vaqueros muy ajustados que realzan su trasero y unos zapatos negros con tacones “Me peino, me echo colonia y nos vamos” me dijo.
Anna es una chica alta de 1.70, delgada de unos 60 kilos con pelo castaño ondulado, tiene una talla 90 de pecho y tiene un culo muy redondo, antigua azafata de congresos y actualmente comercial de una agencia inmobiliaria.
Salimos de la casa nos fuimos al bar donde había quedado.
En el bar había mucha gente y cogía a Anna de la mano para que no se perdiera entre tanta gente llegando a donde estaban mis amigos y sus parejas. Anna conocía a este grupo de más de una correría que nos habíamos pegado juntos, sobre todo con los chicos las chicas parejas errantes de mis amigos algunas si las conocía pero otras eran nuevas para ella. La noche estuvo muy bien primero comenzamos bebiendo en el bar y luego Jorge tenía entradas para un concierto por la paz y estuvimos bailando a ritmo de grupos poco conocidos pero con una música muy bailable. salió al escenario “ El grupo de homenaje a Queen “ cuando Jorge cogió a Patricia, su novia, a hombros, Juan a Carola, su pareja, y yo para no ser menos cogía a Anna. No sé porqué pero teniendo a Anna con su conejo poblado sobre mi nunca se me vino a la cabeza la imagen de él y mi amigo de mi entrepierna se despertó de su sueño, menos mal que había mucha gente alrededor y no se notó.
A Anna le entraron ganas de bailar y me pidió que la bajara para bailar con el resto de chicas y así lo hice. Ella me lo agradeció dándome un beso en la mejilla.
Me fui a la barra a beber con mis amigos mientras que Anna seguía bailando en la pista rodeada de chicos, un gran números de tíos babeaban a su alrededor. Anna era una bombón una diosa y estaba poniendo palote a todos los tíos.
Cuando se cansó de bailar y poner cachondos a todos los varones de la zona vino junto a mi.
– Anda que no tienes tíos con los que follar – le dije.
– con el único que follaría de esta disco sería contigo.- me contestó
Me quedé algo helado pero pensé que había odio mal.
Eran cerca de las 7 de la mañana cuando nos despedimos hasta otro día, acompañé a Anna hasta la puerta de su portal donde ella me dijo que subiera que me invitaba a desayunar, yo acepté. Subí hasta su casa y nada más entrar se fue hacía su habitación mientras que yo cerraba las ventanas y persianas del salón.
– Simón, ¿ puedes venir? – me llamo Anna desde el fondo de la casa.
Fui hasta su habitación y me la encontré tumbada en su cama.
– ¿Puedes ayudarme a desvestirme?.
– Claro.
Empecé a quitarle los zapatos lentamente con un placaje de sus ojos mientras se desabrochaba el pantalón vaquero. Luego empecé a tirar del pantalón vaquero. poco a poco iba bajando por sus piernas dejando al descubierto sus braguitas negras y sus largas piernas morenas. Cuando su pantalón cayó al suelo Anna levantó los brazos para que la siguiente prenda fuera su camiseta negra. Tome su camisa desde abajo y empecé a subirla dejado al descubierto su sujetador negro y sacándola por su cabeza.
Tenía a Anna únicamente con su braguillas negras sexys y su sujetador negro semitransparente.
– No te pares aquí sigue hasta el final – me dijo
acerqué mis manos a su sujetador pero ella puso sus brazos sobre él y me dijo
– Primero por abajo.
puse ambas manos a cada lado de su cintura y con dos dedos a cada lado fui bajando sus bragas dejando al descubierto su poblado negro conejito, dirigí mis manos otra vez a sus pechos pero ella me dijo.
– Para conquistar la cima primero tienes que conquistar la parte de abajo – y diciendo esto abrió sus piernas dejándome ver su coñito rosado. Tome cada pierna con una mano y metí mi cabeza entre ellas posando mi lengua sobre la entrada de su coñito, el cual se abrió.
Estuve un largo rato metiendo mi lengua dentro y acariciando su clítoris con la punta de mi lengua, comiéndole el coño a Anna. Estaba consiguiendo que se estremeciera con mi comida, comida que acabó cuando ella me pidió que parase entre jadeos. Saqué la cabeza de sus piernas y ante la mirada de Anna le quité el sujetador y observé sus pechos grandes, sus aureolas marrones y sus grandes pezones… con una mano cogía uno de esos pechos, mientras que mis labios lo abrazaban y mi lengua acariciaba su pezón con su punta mi otra mano había metido sus dedos dentro de su coño y se movían como dos anguilas dentro acción que humedece más y más a su dueña. De repente Anna me echó a un lado y se puso encima mío. Con sus manos empezó a quitarme de forma salvaje mi camisa luego mientras me besaba y mordía mis labios abría mi cremallera y mi pantalón, bajando y sacando mi polla de mis calzoncillos luego cogió mi polla y se metió dentro de su coñito, yo puse mis manos en su cintura pero ella dirigió mis manos al cabecero de su cama y las aguantaba con sus manos mientras que frotaba su cuerpo con mi cuerpo cada embestida de forma más salvaje que la otra, se metía mi polla más y más en su coño, a veces subía su cuerpo y luego lo dejaba caer sobre mi polla de forma violenta, me hacía un poco de daño pero a la vez me estaba excitando más de lo que nunca había estado. Ella seguía botando sobre mi polla con sus manos atrapando la mías en el cabecero de la cama cuando liberé mis manos y cogiéndola de la cintura la tumbé sobre la cama y empecé a darle embestida una tras otra embestida cada vez más violentas ella gemía y gritaba más y más fuerte y ella iba enlazando orgasmo con orgasmo … en una explosión de placer me corrí en su coño tras una brutal embestida ambos quedamos exhaustos, sudados y cansados en su cama, esta fue la primera vez que follamos pero hubo más muchas más pero eso es otra historia que os contaré en otro momento.